Este proyecto surge del quiebre del horizonte personal, de esa pregunta ineludible que nos hacemos tarde o temprano: ¿existe realmente algo mágico que nos sostiene? Como seres racionales, tendemos a experimentar la realidad de manera concreta y material, pero cuando el «Quiebre Etéreo» se presenta en tu camino, lo hace de formas inesperadas, invitándote a sentir lo invisible y a sumergirte en el profundo misterio de nuestra existencia.
En mi caso, el quiebre llegó a través de la muerte, desdibujando todos los límites y horizontes conocidos. Atravesé una de mis mayores contradicciones al descubrir que el alma de ese ser querido, cuyo cuerpo ya no está, permanece en este lugar; aunque no pueda verlo, siempre puedo sentirlo. El aprendizaje es infinito en cada muerte, en cada explosión, en cada quiebre. Es tu cuerpo el que los contiene, mientras que tu ser interior es quien aprende y acoge el asombro de vivir.